Este 3 de diciembre de 2012 se produce un
evento que sólo ocurre cada 2.737 años: La alineación de Saturno, Venus y
Mercurio sobre las tres pirámides de Egipto, las más grandes encontradas hasta
el momento por la humanidad.
Si uno observa a las
pirámides de Guiza desde al aire, casualmente están alineadas exactamente de la
misma manera en que lo estarán Saturno, Venus y Mercurio en el 2012 (calculado
con softwares especializados como el Stellarium).
Esta alineación ha
llamado la atención de distintos investigadores, que observan que la alineación
podría configurar el inicio de alguna clase de cambio planetario, ya descrito
en otras corrientes esotéricas y religiones milenarias, como el fin del calendario
maya o el paso de la era de Piscis a la era de Acuario (para la astrología).
En este marco es que
puede leerse bajo otra luz la teoría de Christopher Dunn, autor del libro más
vendido sobre las pirámides “La planta energética de Giza: Tecnologías del Antiguo
Egipto”.
Dunn es un ingeniero con
más de 45 años de experiencia y en los últimos 28 años ha publicado numerosos
artículos y ha aparecido en varios documentales discutiendo su trabajo.
La odisea de Dunn con la
pirámide comenzó en 1977 cuando leyó a Peter Tompkins en su libro Secretos de
la Gran Pirámide. Su reacción inmediata al ver los esquemas de la Pirámide de
Giza es que ese edificio era una gigantesca máquina para producir energía.
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