Resulta muy bonito pensar que es tanta la cercanía que te une a alguien que puedes exclamar que algo de ti le pertenece,
pero nada más lejos de la realidad.
Estamos en este mundo para “ser de nosotros mismos” y poder serlo
con el resto. Y las las únicas expectativas que hemos de cumplir son las que
nosotros mismos nos marquemos, no las que los demás me impongan.
a veces hay que ser un poco egoísta y recordar que los anhelos y las metas que nos fijamos parten de la esencia
interior. Por eso hay que cuidar la autoestima que crea las ilusiones y fortalecer la esperanza de cumplirlas.
Todos necesitamos una expectativas propias, ya que las únicas expectativas que cada uno ha de cumplir
son las que cada unos se marque, no las que los demás le impongan
La mayor parte de la gente trabaja para cumplir objetivos impuestos, dedica parte de su tiempo a actividades
que no quiere realizar o en el peor de los casos se ve obligada a llevar un estilo de vida determinado para
seguir adelante.
dado
que hay circunstancias que no pueden evitarse, necesitamos unas expectativas propias que nos hagan tener la certeza
de que podemos ser felices con lo que tenemos.
Es verdad que Las personas más cercanas pueden darnos su opinión, apoyarnos y, por supuesto, aconsejarnos si les damos
ese poder. Sin
embargo la última palabra solo la podemos tener cada uno de nosotros:
Porque soy Yo quien decido qué quiero hacer con el tiempo que tengo entre mis manos y me
instalo en un camino que considero oportuno.
Nadie puede elegir por mí!!
Despues de crear unas expectativas, es necesario que les demos forma y luchemos por defenderlas: aprender a definir
bien qué
queremos nos ayudará a encaminar bien nuestras acciones hacia ello. Así, es bueno entender que, al igual que las
ilusiones y los sueños, las metas que nos pongamos son parte de la gasolina que nos propulsa en una dirección concreta.
Tambien es primordial defender esas expectativas que nos hemos marcado
Ya que esto hara que nos sintamos más cerca de los posibles que de los imposibles,
Los consejos de los demás siempre pueden ser útiles
Por ello es beneficioso escuchar, tener en cuenta la palabra de aquel que nos quiere con bondad y ver si encaja en el
pensamiento que tenemos de los acontecimientos. Puede que nos den la respuesta o puede que la activen para que la
descubramos.
No es malo que los demás conozcan las expectativas que nos hemos fijado, como tampoco lo es que las compartamos con
ellos. Sin embargo, lo razonable es no dejar de asumir que a cada cual le pertenecen las suyas: ni nadie ha venido el
mundo a cumplir las tuyas, ni tú estás aquí para hacer lo propio con las del resto.
Si sabemos lo que tenemos que hacer, ¿por qué no lo hacemos? Acaso tenemos que pertenecer a alguien?
Crees que sabes lo que tienes que hacer, pero no lo haces porque algo en ti te lo niega.
