La manía de la mente de etiquetar
absolutamente todo parece muy compulsiva, y al etiquetar estamos perdiéndonos de algo mucho más importante que la forma o
las características… estamos perdiéndonos
de la realidad intrínseca que existe detrás de cada ser humano
Nos etiquetamos a nosotros mismos al decir "soy una persona confiable", "tengo un brazo más largo que el otro", y etiquetamos a los demás con nuestras ideas ya preconcebidas y prejuzgadas de personificaciones, por ejemplo "esa persona tiene mal aliento, es sucia" o "esa persona tiene dinero, me puede ayudar a realizar mi meta". Así… nuestro mundo se va componiendo cada vez más de etiquetas y más etiquetas, a las que les concebimos ideas y creencias de RECHAZO O APEGO.
Nos etiquetamos a nosotros mismos al decir "soy una persona confiable", "tengo un brazo más largo que el otro", y etiquetamos a los demás con nuestras ideas ya preconcebidas y prejuzgadas de personificaciones, por ejemplo "esa persona tiene mal aliento, es sucia" o "esa persona tiene dinero, me puede ayudar a realizar mi meta". Así… nuestro mundo se va componiendo cada vez más de etiquetas y más etiquetas, a las que les concebimos ideas y creencias de RECHAZO O APEGO.
La naturaleza del ego es esa, rechaza o se aferra a situaciones,
personas, objetos, emociones, deseos, estados, etc.
Al aferrarnos a algo, siempre
estamos creando sufrimiento, porque la naturaleza de la realidad de la forma es
que todo es impermanente, nada es fijo,
todo cambia, se destruye o se transforma. Podemos darnos cuenta solo con saber
que en nuestros cuerpos hay células
muriendo y células creándose en cada milésima
de segundo coexistimos con la transformación.
Esta es la causa última del sufrimiento, ya que al apegarnos a una forma que está sujeta a la impermanencia y tarde o temprano va a destruirse, estamos siempre deseando que esa forma no se destruya, y cuando lo hace, rechazamos esa transformación y sufrimos por no obtener lo que deseábamos.
Esta es la causa última del sufrimiento, ya que al apegarnos a una forma que está sujeta a la impermanencia y tarde o temprano va a destruirse, estamos siempre deseando que esa forma no se destruya, y cuando lo hace, rechazamos esa transformación y sufrimos por no obtener lo que deseábamos.
De esta forma también nos podemos dar cuenta que la mente siempre
funciona en el pasado y el futuro, anhelando algo del futuro, apegándose a las
cosas o situaciones experimentadas en el pasado, deseando que esas cosas no se
vallan para no sufrir, rechazando el sufrimiento deseando en un futuro estar
feliz, o recordando cómo se estaba feliz
en algún momento pasado…
Entonces muchos ya se preguntaran, ¿Que hay mas allá del pasado y el
futuro, qué sentido tiene el ahora si no tengo una meta, un deseo, si no tengo
objetos con los que identificarme, una historia de la que sacar mi yo, donde
queda mi noción de ser yo mismo?
Para que existan deseos y planes futuros o existan memorias de una
historia pasada, tiene que existir el AHORA, porque es ahora el lugar en el
tiempo donde planeamos el futuro o recordamos el pasado, o desciframos el
presente según conocimientos pasados. Cuando nos acordamos de aquellas
vacaciones con los amigos, lo estamos haciendo AHORA estamos reviviendo esa energía
y esa información de lo que paso en ese "ahora
pasado"; y cuando planeamos nuestras vacaciones de verano también lo
hacemos ahora y estamos creando esa POSIBILIDAD de que ese suceso tenga lugar
en un ahora futuro.
TODO SUCEDE EN EL AHORA
TODO SUCEDE EN EL AHORA
Gracias por permitirme
entrar en tu vida
DANA MILANO
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