LA COMIDA Y EL VACIÓ EMOCIONAL
Los seres humanos expresamos muchas de nuestras emociones a
través de la comida a través de la forma de comer. La comida es mucho más que
un tema biológico. Desde el punto de vista simbólico, tiene relación con la
madre y con todo lo maternal. Habla acerca de nuestra forma de amar y ser
amados. De nuestra forma íntima de relacionarnos con la vida. Por ejemplo la persona
que no come, de una u otra manera, expresa un cierto deseo de no continuar con
su vida y el que come demasiado, muestra una cierta necesidad de sobrevivir
frente a una amenaza real o imaginaria.
Por esta razón la Educación Emocional nos ensena que lo que
comemos habla de lo que sentimos, en un estudio realizado por la Dr Deanna
Minich a cerca de las emociones ocultas detrás de “los antojos” descubrió la siguiente relación.
-La
tristeza y la comida con picante.
Según la doctora Minich, el picante le apetece mucho a quienes
están tristes. Algunos lo consumen hasta llegar a las lágrimas ya que quieren
emoción, intensidad y acción en sus vidas. Sin embargo, no lo reconocen o tienen
miedo de hacer algo nuevo. Compensan ese deseo frustrado comiendo picante.
Emocionalmente la palabra picante no solo se aplica a la
comida que tiene ese gusto, sino también a las situaciones o personas que
generan entusiasmo o gracia. “Ponerle picante” a algo es añadirle una dosis de
interés.
-Las
rutinas agobiantes y los alimentos horneados y dulces
Son uno de los antojos más frecuentes y también de los
mayores culpables del sobrepeso en el mundo.
Al parecer, quienes sienten este tipo de antojos son
personas que están viviendo dentro de una rutina que los tiene fatigados, sienten
que hay poca alegría en sus vidas entonces buscan el carbohidrato para recuperar,
simbólicamente, esa alegría que no hay en sus vidas. Dentro de este tipo de
comida se encuentran los pasteles, bizcochos, dulces con harina, etc.
-La
comida salada con la angustia y ansiedad
Los alimentos tienen un punto adecuado que es exaltar el
sabor, pero no salarla. Sin embargo, hay quienes necesitan ponerle un toque más
de sal a todo para que sus paladares agradezcan de la misma forma este sabor.
Estas son personas que rechazan lo dulce y adoran todo lo que tenga sal porque tienen
una gran agitación en su interior y como la sal activa el movimiento del agua
en el organismo, esa es la forma inconsciente de manifestar su inquietud
interior angustia o ansiedad
-Las
comidas crujientes y la rabia
A quienes les gusta la comida crujientes adoran no el
sabor, sino especialmente el crunch de esos alimentos. En este caso lo que
puede haber es un enojo reprimido. El masticar esos alimentos y disfrutar de su
textura y su sonido es una forma de gruñir o manifestar rabia. También es una
manera de llamar la atención cuando alguien se siente injustamente ignorado.
-Los
almidones y el deseo de ser amado
Hay comidas que atraen a algunos por la sensación de blandura
en la boca, como el arroz, las pastas o los horneados de sal inflados que dan
una sensación de suavidad al comerlos. Quienes tienen este tipo de antojos
quieren ser consolados, amparados y amados. La textura mullida de esos alimentos
ofrece una sensación fisiológica similar a la de ser abrazado por, valga la
redundancia, unos brazos “gorditos” y amorosos. Es usual que alguien prefiera
este tipo de comidas si pasa por un momento difícil.
Esta relación de la comida con las emociones inconscientes es
más que algo anecdótico pues nos ofrece pistas interesantes a las que vale la
pena seguir.
Todos cargamos con emociones reprimidas en muchos casos la
ingesta compulsiva la comida funciona como una cortina de humo que no nos deja
ver el verdadero problema ni tampoco ver la pérdida de control emocional por la
necesidad de llenar el vacío relativo a otros ámbitos de nuestra vida.
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