PERDONAR LIBERA EL PESO QUE OCUPA EL RESENTIMIENTO
A veces nos puede dar la sensación de que el dolor físico
no tiene explicación. Pero no es así. No imaginas cuántos dolores en el cuerpo
se ocasionan realmente en la mente y en las emocione
Perdonar libera el peso que ocupa el resentimiento porque
se trata de uno de esos procesos emocionales complejos, que involucran
emociones muy potentes y difíciles de digerir, ya que está relacionado con la
ira, la tristeza, la paranoia y el rencor. Por eso puede causar graves daños
emocionales, pero también manifestarse como dolor físico.
Perdonar es un proceso complejo que nos exige poner en
juego las emociones. Difícilmente se produce en forma espontánea, especialmente
si la herida ha sido profunda. Por eso es frecuente que sea muy difícil perdonar.
Lo malo es que ese rencor puede terminar afectando seriamente nuestra salud bienestar porque todo lo que está en nuestra
mente repercute en el cuerpo
Lo que callamos con las palabras el cuerpo lo grita. Por lo
tanto no perdonar es vivir en el pasado, atados a un sentimiento que no
evoluciona.
Un rencor enmascarado se estanca y se alimenta a sí mismo
de una forma muy negativa. Algunos dicen que es como tener un carbón ardiendo
entre las manos, a la espera del momento oportuno para arrojárselo a esa
persona por la que se siente rencor. Es más el daño que hace a quien lo
sostiene, que al otro.
No somos solo un organismo, o solo una mente, pues mente y
cuerpo están unidos, se complementan, se influyen mutuamente. Por eso, cuando
hay dolor físico, siempre se debe reflexionar sobre el componente emocional que
puede estar asociado a emociones no resueltas, sobre todo a un perdón que no se
ha otorgado. Y Cuando sufrimos dolor,
casi siempre es porque nos hemos estancado en un sentimiento negativo.
Para tener salud emocional hagamos como dice José
Ingenieros “Enseñemos a perdonar; pero enseñemos también a no ofender"
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