LAS PERSONAS QUE AGOTAN
En un interesante estudio sobre interacción social llevado
a cabo en la Universidad de Rochester (Nueva York) se concluyó con un dato
curioso: 1 de cada 10 personas presentaría un estilo de personalidad que los
expertos definieron como “saboteadores de la felicidad”.
Desafortunadamente no solemos ser plenamente conscientes
del impacto de este tipo de vínculos en nuestro equilibrio emocional y en
nuestra salud. Las personas que agotan son quizá las más comunes, porque despliegan,
a veces sin saberlo, conductas estresantes que condicionan de forma directa
aquellos entornos donde se mueven, estas personas podemos encontrarlas en
nuestra familia, en nuestros trabajos, entre las amistades e incluso por qué
no, en nuestras relaciones afectivas especialmente cuando nos hacemos prisioneros de los afectos que llenan nuestros campos con el victimismo
y el chantaje.
La personas que agotan, son personas que sabotean nuestra
calma causando un gran impacto emocional pues terminan usándonos a menudo como
“contenedores emocionales” donde lo único que hacen es volcar sus pensamientos,
miedos y oscuridades, hasta el punto de desgastar lentamente esa arquitectura
tan íntima y poderosa que forma nuestro cerebro. No contentos con esto nos
ocasionan un alto nivel de estrés emoción negativa que con el tiempo se vuelve
crónica
Además nos hacen sentir agotados, ya que producen cierto cansancio,
que nos mantiene siempre en alerta, como con una clara e instintiva sensación
de querer defendernos de “algo” o “alguien”, de vivir siempre a la defensiva
pero al mismo tiempo sintiéndonos cautivos.
Para desprendernos de ellos aprendamos a ponerles límites y para ello basta con tomar plena conciencia de
que nadie tiene derecho a intervenir en
tu felicidad, nadie debe traerte tormentas cuando tú habitas en un océano en
calma. Nadie debe llevarte a ese lugar en ti
donde se esconden tus demonios internos.
La clave está en buscar y rodearnos de gente que inspire, no que prenda la chispa de tus incendios
internos hasta el punto de quemarte. Permitirnos encontrar personas que nos
inspiran es una necesidad vital en la que deberíamos invertir cada día.
Tener madres, padres o hermanos que nos inspiren, es algo
que nos confiere fortalezas excepcionales para crecer en madurez y libertad.
Disponer de amigos que no agotan, sino que se alzan como figuras en las que nos
inspirarnos para ser mejores personas,
es sin duda un privilegio al que nunca deberíamos renunciar.
Porque para inspirar a alguien no es necesario ser
perfecto, en realidad, basta con que los demás vean cómo superas tus propias
imperfecciones para dar siempre lo mejor de ti en cada momento.
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Zen-Coach, Educadora de Emociones
Para asesoría personal o empresarial favor comunicarse a través
del email coach@danamilano.com
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