PODEMOS RECUPERAR NUESTRO NINO INTERIOR
“Es en el juego y sólo en el juego que el niño o el adulto
como individuos son capaces de ser creativos y de usar el total de su
personalidad, y sólo al ser creativo el individuo se descubre a sí mismo”-Donald
Winnicott-
El niño interior es la imagen que tenemos de nosotros
mismos, incluidos los sentimientos, cuanto nos valoramos, cuanto reconocemos
nuestras habilidades y capacidades, y por tanto, en la satisfacción personal de
ser quienes somos.
Nuestro niño interior se generó en la infancia y perdura
hasta hoy. Fue en la etapa infantil
donde se gestó nuestro propio autoconcepto, es decir, la imagen que
tenemos de nosotros mismos, y esto ocurrió en base a lo que nuestros padres
proyectaron sobre nosotros y por las vivencias y circunstancias que nos tocó vivir.
Ya que los adultos eran el espejo donde nos veíamos para reconocernos y saber
quiénes éramos.
Es cierto que
pudimos crecer con carencias, dolor, tristeza e incluso traumas infantiles, que
nos dejaron huella. Haciéndonos crecer emocionalmente insatisfechos, y sin
vivir intensamente la etapa que nos tocaría vivir, llegando a ser adultos, pero sin resolver los conflictos infantiles,
perdiendo toda la ilusión, pues esa insatisfacción borro nuestros proyectos y
deseos, convirtiéndose nuestra vida en
una vida apática, seria, triste e insatisfecha.
Pero como también pudimos al contrario llegar a la etapa
adulta, con nuestras necesidades satisfechas, sin existir ningún otro
trastorno, el niño que fuimos sigue presente, y aparece en momentos divertidos, aflorando la ilusión de la
infancia
Podríamos decir, que a pesar de los problemas de la vida
adulta, la vida puede seguir siendo divertida, sorprendente, apasionante y en
resumen, feliz. No por ser adultos tenemos que dejar la diversión y la ilusión relegadas. Podemos recuperar a
nuestro niño interior, restableciendo la imagen que tenemos de nosotros mismos.
Recuperar a nuestro niño interior, significa generar una
imagen más satisfactoria de nosotros mismos, valorándonos y queriéndonos,
reconociéndonos en nuestras habilidades y capacidades, proyectando nuestros
deseos y sueños. Por tanto, restableciendo la satisfacción personal y sintiendo
la felicidad.
La clave para recuperar tu niño interior está en volver a visualizar
al niño que fuiste en tu infancia, e imaginarte a ti mismo cuidándolo y
queriéndolo. Trascordándote a través de los recuerdos a los gustos e intereses
que tenías de niño, y permitírtelos ahora de adulto, Imaginarte aquello que le
hubiese gustado escuchar a tu niño, y exprésalo para ti, como adulto.
Recuperar tu niño interior es escuchar los anhelos más profundos de tu ser,
y tenerlos en cuenta. Porque te ayudaran a mirar por ti, cuidarte, quererte, valorarte.
#DANAMILANO #danamilanococach
Zen-coach, Educadora de emociones
Para asesoría personal o empresarial escribir a coach”danamilano.com
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