LA DEPRESION ES UNA PRISION EN LA QUE ERES EL PRISIONERO Y
EL CARCELERO
La depresión es un síndrome muy común, que afecta
severamente la mente y el estado del ánimo. Detectar los síntomas a tiempo
permite diagnosticarla, y conocer que en su aparición y en el impacto que tiene
sobre la vida de la persona influyen muchos factores para combatirla como son:
- Los cambios químicos en el cerebro aunque, la química del
cerebro es cambiante. La calidad de los pensamientos y de las sustancias que de
ingerimos son dos de esos agentes capaces de modificar la química del cerebro y
en el caso de la depresión, aumentan o disminuyen la cantidad de serotonina
disponible.
-La producción de serotonina comienza en el intestino.
Desde allí se produce un precursor de esta hormona, que se llama triptófano.
Por eso algunos llaman al intestino el segundo cerebro. Por esta razón es muy
importante vigilar los alimentos que ingerimos y el estilo de vida que
llevemos.
- Para producir más serotonina, hormona que contribuya a
combatir la depresión, es importante que nuestra alimentación sea baja en carbohidratos
y azucares ya que estos son como una descarga energética en nuestro organismo,
pues se asimilan pronto y generan síndrome de abstinencia, en cambio otros
alimentos, como los granos integrales, las frutas y las verduras contribuyen a
llevar más triptófano a la sangre. Esto se traduce en mayor producción de
serotonina y, por tanto, actúan como agentes protectores frente a la depresión.
Igualmente hacer ejercicio ojala en un medio natural
- Ser conscientes de que el pensamiento tiene un poder enorme
en los estados de ánimo, la relajación meditación son muy aconsejables. También
se ha comprobado que para las personas creyentes, el repetir sus plegarias aumenta
la sensación de felicidad, experiencia que proporciona una paz profunda.
Para una persona deprimida no es fácil emprender acciones
en pro de su bienestar porque lo que le pide el cuerpo es abandonarse. Quizás
necesite algo de motivación extra. Quizás requiere de apoyo para comenzar. Sin
embargo, lo importante y complicado es precisamente aprender que la depresión
es una prisión en la que eres el prisionero y el carcelero.
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