domingo, 20 de marzo de 2016

LA RIQUEZA EMOCIONAL DE COMPARTIR CON UN ANIMAL


LA RIQUEZA EMOCIONAL DE COMPARTIR CON UN ANIMAL
Quien tiene en su vida a un perro, un gato, un conejo...etc tiene una fortuna. Esta es una afirmación que a muy pocos les sorprenderá, sobre todo a quienes han gozado de la compañía de un ángel de cuatro patas y conocen de la magia que tienen estos maravillosos seres ya que sabemos lo que es recibir un cariño intenso y único de ellos convirtiéndose así en parte de nuestra familia, son los ninos de inmensa inteligencia emocional ya que ellos con su sabiduría acaban siendo los mejores conocedores de nuestras costumbres, sentimientos y pensamientos pues ellos nos aportan emocional y físicamente una riqueza enorme que no puede compensarse ni con todo el dinero del mundo.
Son nuestros callados cómplices que con su sabiduría son los mayores merecedores de nuestras sonrisas.solo basta una mirada para que ellos descifren nuestro estado emocional, nos acompañan, nos divierten y nos hagan sentir especiales, únicos e imprescindibles.
Así, con sus particulares leyes de propiedad tienen derecho a todo y sus lindos ojitos suplicantes, consiguen de nosotros hasta lo que juramos que jamás permitiríamos, por ejemplo, dormir en nuestra cama.
Pero ellos también tienen sus reglas de convivencia con las que nos que nos educan, domestican o adiestran, como prefiramos llamarlo y no podemos evitar sonreír cuando los identificamos con sus sorprendentes normas de enternecedores dictadores de la casa,
-Debes darme a probar cada cosa que comas.
-No me llames y me metas al cuarto de baño bajo ningún concepto.
-No me digas que me calle cuando me pongo a ladrar, a maullar, tengo mis motivos. ¡¡Algo está pasando ahí fuera!!
-Me dormiré en cualquier lugar de la casa, preferiblemente donde más te estorbe.
-No puedes entrar en casa oliendo a otros animales y pensar que eso no va a tener consecuencias.
-Déjame salir fuera cada vez que te lo pida, incluso si acabo de entrar. Es necesario que me cerciore de que he olido todo correctamente.
-Tienes permiso para dormir en la cama, pero no hace falta que me muevas, lo mejor es que te pongas en una esquina y no me molestes.
Esta es la riqueza emocional de compartir la vida con un animal
Sea perro, gato o conejo, compartir nuestra vida con un animal es una bendición, pues ellos nos enseñan a respetar, amar y estructurar la vida de otra manera aunque
hay muchas personas que piensan que tener un animal te limita.
Pero quien tiene un animal siente a este como parte de su familia y el amor que ellos nos profesan compensan todos esos “pequeños inconvenientes” ya que aprender lo que es tener un animal, comprender cómo se les quieres y completar nuestra familia con su presencia es una oportunidad que todos deberíamos tener en nuestra vida.

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