ACEPTAR A LAS PERSONAS
Llegar a “aceptar a
todas las personas” que frecuentamos tal como son, es la llave para que el Universo nos abra las puertas de la evolución.
Pero tenemos esa puerta
con llave y candado a causa de nuestro
ego que juzga y determina, preguntándonos
todo el tiempo:
¿quién tiene la razón?,
¿quién hace bien las cosas?,
¿quién merece lo bueno y quién no?
¿quién hace bien las cosas?,
¿quién merece lo bueno y quién no?
y de esta manera, nos
sumimos en un mundo de interpretaciones falsas que nos alejan de la posibilidad
de entender y aprender de la vida. Y solamente nos conducen al camino de la
competitividad
Cuando juzgamos o
criticamos nuestra mente se cierra por
el contrario, se abre cuando solamente nos limitamos a contemplar una situación y esperamos que la vida misma
nos enseñe la razón de lo que ocurre.
El éxito de cualquier
relación humana reside en la “aceptación recíproca”. Una manera muy fácil de frustrarnos
es esperar o desear que los demás cambien. Y la mejor manera de tener
excelentes relaciones es practicar la
“aceptación” y cuando nos surge la pregunta ¿Por qué? No tratemos de encontrar razones lógicas, sencillamente debemos saber que la vida nos lleva a
experimentar y a su vez, nos enseñará a ver a Dios de una
manera diferente.
DANA MILANO
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