lunes, 2 de diciembre de 2013

NUESTRO ESPIRITU QUIERE UN CAMBIO

NUESTRO  ESPIRITU QUIERE UN CAMBIO

Estamos en un tiempo en que algo se mueve dentro,  es una una necesidad interna de cambio. La necesidad de individuarse, de volverse uno. De despegarse  de los mandatos familiares, de soltarlos. De despegarse de la razón como forma de vida. De empezar a creer. De empezar a crear. De empezar a cambiar la historia. De dejar de hacer predecible la historia. De empezar a escribir la propia historia. De dejar de que otros la escriban por uno.
Es el  espíritu del cambio el que lo está  buscando, sabe que la única persona que puede hacer ese trabajo es uno mismo. Sabe que para sanar hay que moverse, gritar, patalear, llorar, contactar con el dolor y la resistencia, la negación y la crítica son típicos mecanismos de defensa contra el espíritu de cambio. Hay quienes se escudan en la razón para no contactar con el dolor. Están los que sienten tanto miedo, que pueden llegar a negar cualquier dolencia. Y no faltan los que critican cualquier forma de sanación, incluso antes de haberla probado.
Estamos tan dormidos que cualquier realidad diferente a aquella a la que hemos aprendido la ignoramos, la ridiculizamos o la negamos
Lo único cierto es que no hay un único camino , una escuela o un movimiento, un psicólogo, psiquiatra o un chaman con el que podamos arrancar este espíritu de cambio . Aprender  a sentirlo es lo único que nos  puede ayudar.
Las soluciones mágicas no existen, aunque el afuera se puede volver mágico cuando realmente se cambia por dentro. Maquillajes que pintan la cara de felicidad se consiguen por todos lados, aunque no dejan de ser maquillajes, si tenemos  una desagradable relación con nuestra familia, con nuestros padres y hermanos, ni el más mínimo intento de ser espirituales  no servirá para nada, una consulta a la astrología o al tarot, menos.

El espíritu del cambio te lleva de la mano para que te desnudes y te enfrentes con tu  propia cara sin mascaras, te lleva a confrontar con la propia sombra, a soltar el pasado que está ahí retenido y que no deja crecer.

DANA MILANO

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