lunes, 12 de agosto de 2013

LAS EMOCIONES SE ARMONIZAN

LAS EMOCIONES ARMONIZAN 
Vivir y disfrutar nuestras emociones armonizan la salud. No se pueden separar las emociones y la salud ya que el equilibrio emocional ayuda a estar sanos. 
En la actualidad para nadie es un secreto el papel que juegan las emociones humanas en la concepción de la salud integral, y desde luego, en el desarrollo de las enfermedades. La Organización Mundial de la Salud (O.M.S.) afirma que más del 90% de las enfermedades tienen un origen Psicosomático, de hecho, las características de personalidad, el manejo que tenemos de las emociones y la manera de lidiar con el estrés, conflictos, fracasos y frustraciones pueden potenciar o desarrollar diversas enfermedades.
La persona es un todo integrado, la separación entre el cuerpo y el sí mismo, entre el cuerpo y la mente abre las puertas a la desintegración, a la desvalorizacióny nos hace cada vez más vulnerables a la enfermedad. Hoy sabemos que todas las enfermedades son fenómenos psicosomáticos o somato psíquicos, la experiencia más clara de esta realidad se vislumbra cuando comprendemos la profunda integración que existe entre nuestras emociones, el sistema nervioso, el sistema inmune y el sistema endocrino. La expresión de cualquier desequilibrio en nuestra salud invita a enfrentarla desde el ser humano en toda su complejidad vital.
No es por azar que las dos principales causas de muerte en nuestro país y en general en el mundo occidental están asociadas con manejos emocionales inadecuados: las enfermedades cardiovasculares: rabia, hostilidad, estrés; y las neoplasias malignas: culpa, resentimiento, pérdidas mal elaboradas. Si a esta lista agregamos el incremento constante en los accidentes de tránsito, la violencia cotidiana en todos sus órdenes, los problemas de estrés, las crisis de angustia o pánico y la depresión, el panorama se vuelve realmente desalentador. Las distintas manifestaciones de esta profunda crisis emocional de la sociedad occidental moderna ha cobrado y seguirá cobrando innumerables víctimas, ¿la razón?: estamos convencidos que se debe a una percepción marginal, que deja a un lado la posibilidad de asumir nuestra verdadera responsabilidad ético-emocional y compromiso conductual con la emergencia de la transformación.
La salud o la enfermedad no son sólo un asunto del otro que previene o cura, más allá de esta percepción tradicional es imperioso reenfocar la comprensión de la salud desde la experiencia humana y social, desde el sentido de ser los únicos dueños y responsables de ésta. Al final debe quedar claro que en todo desbalance o enfermedad existe un conflicto intrapersonal no concientizado y la necesidad urgente de armonizar el desequilibrio emocional.
En resumen, la enfermedad puede estar comunicándonos una necesidad urgente de revisar el estado emocional actual de la persona. Armonizar o restablecer la salud implica una valiente actitud de toma de conciencia de las emociones que causan daño y afligen al individuo. La ignorancia afectiva de una realidad interpersonal basada en emociones injustamente calificadas de "negativas" y no canalizadas apropiadamente: odio, resentimiento, culpa, egoísmo, miedo y rabia,contribuye a una clara desvalorización de lo que somos y a una ceguera de las relaciones en bienestar con el entorno.

DANA MILANO

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