Hay personas que son
tremendamente felices en la quietud de la vida
familiar o laboral, sin
embargo están aquellas personas que buscan ,
el movimiente , el
bullicio e incluso el riesgo para sentirse felices.
La felicidad no depende
tanto de lo que ocurre en el exterior sino de
lo que ocurre en nuestro
ser interior , de las ideas que hemos ido
formando de nosotros
mismos , de nuestro entorno, de la vida , en ese
bosque misterioso
llamado mente.Allí tenemos el sol y la luna , las
montañas y los valles ,
el arcoiris , las sombras de la noche y la
luz del amanecer.
Busquemos en nuestra mente las razones para ser
felices y desechemos
aquellas que nos impulsan a la tristeza.
La felicidad no depende
de lo que hacemos , de lo que tenemos , de si
nos gusta nuestra
apariencia física, más bien depende de que lo
que hagamos lo hagamos
con gusto, con agrado, que estemos satisfechos
con lo que tenemos , que
nos aceptemos como somos , que nos queramos y
respetemos, que usemos
nuestros dones adecuadamente.
DANA MILANO
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