EL HÁBITO DE SUPERIORIDAD
El otro día paseabamos por carretera con unos amigos, Joe iba conduciendo muy rápido cuando, quedamos justo detrás de un viejo sedan que iba a 70 millas por hora la velocidad permitida. Joe le tocó la bocina, le hizo señales con las luces intento adelantarlo inclusive en una curva, al mismo tiempo que nos decia: No soporto el limite de velocidad en la carretera, no se porque no puedo ir tan rápido como yo quiero, es horrible perder el tiempo detrás de este viejo.
Joe se volvía loco porque el viejo sedan no le daba paso.
Le pedí que respiraba y se calmara y al mismo tiempo le recordé la carga injusta que su actitud nos estaba imponiendo a los que paseábamos con el. Definitivamente este patrón emocional de superioridad de Joe lo vemos por todo lado ya que, este esquema hace sentir a la persona, que puede hacer lo que le da la gana y que las leyes solo existen para los otros. La gente que posee este esquema aparca sin problema en el sitio reservado para minusvalídos, se sirven sin medida en una comida en la que apenas hay suficiente, vive siempre esperando que todos le complazcan.
Una de las causas que genera este hábito automático se deriva de haber sido privado de atención y cariño. Y solo tu puedes empezar a ponerle el límite emocional, manejarlo directamente y dejar de actuar de manera que sobrepase los límites normales.
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