LA EDUCACION NO CAMBIA AL MUNDO, CAMBIA A LAS PERSONAS QUE VAN A CAMBIAR EL MUNDO
Como ZenCoach Educadora de Emociones quiero sembrar con la intención de vivir en un mundo mejor transmitiendo lo que he aprendido y experimentado. Somos seres emocionales y tenemos una necesidad natural que nos impulsa a dejar aflorar sentimientos y emociones. Por esta razón hoy quiero hablarles de la importancia de MADURAR EMOCIONALMENTE
Las emociones son el resultado de la valoración de los cambios a nivel corporal que tienen lugar al recibir la persona cierta estimulación o encontrarse en una situación concreta. De esta forma, la emoción no sería posible sin la producción ni la percepción de estos cambios.
Lo interesante del ser humano es que sea capaz de hacer una valoración directa sobre si la situación LE afecta de un modo u otro, valoración que como consecuencia produciría un sentimiento de atracción o de aversión
Pudiendo entonces decir que la secuencia a seguir para estar maduros emocionalmente seria:
Percepción – evaluación – emoción.
Ser maduros emocionales no puede confundirse con hacer ejercicios para estar en forma emocionalmente ya que la madures en este aspecto de nuestra vida depende de cómo te educas y valoras el momento que te llevo a vivir esa emoción. Para ello te sugiero 4 claves que te conducirán a dicha madurez
La primera Clave está en aprender la diferencia entre lo que es la percepción y la evaluación. Percibir un objeto significa saber cómo es el objeto que percibo ya que en la percepción es donde puedo valorar si para mi es agradable o desagradable. Un claro ejemplo es; si te ocurre que un día te encuentras con un León furioso paseando por un mall inmediatamente evaluaríamos la experiencia como algo desagradable porque nos producirá miedo. Lo contrario que si vamos de paseo y lo vemos en un zoológico (sin representar peligro alguno para nosotros) posiblemente lo calificaríamos como una experiencia agradable.
La segunda Clave está en la Inmediatez de la evaluación emocional. La evaluación emocional implica no solo que algo nos resulte gratificante o aversivo, sino también que juicios emitimos ante esta situación y darnos cuenta que debemos cambiar ese piloto automático que nos hace tener juicios inmediatos, automáticos, directos y no reflexivos.
La tercera clave está en observar nuestra reacción. Cuando vivimos una situación agradable o desagradable sentimos una emoción que va asociada a cambios corporales por ejemplo cuando estamos enfadados, no solamente sentimos calor y agitación en nuestra respiración, sino que también podemos llegar a querer golpear una puerta o lanzar un objeto al suelo.
La cuarta clave está en conocer el concepto de la Constancia. Solemos atribuirle una constancia a todo aquello que nos rodea sin pensar en la posibilidad de cambio. Sin embargo, esto no es así ya que existe un contraste entre nuestras expectativas con respecto a la realidad y lo que realmente ocurre.
La creencia de que todo permanecerá igual nos lleva al sufrimiento. También pensamos que los demás actuarán con nosotros como lo han hecho hasta el momento presente, y esto, puede cambiar.
#DANAMILANO
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