PONER
DISTANCIA PARA RECORDAR QUIENES SOMOS Y QUE NOS MOTIVA
De vez en cuando, es necesario desapegarnos de lo que nos
rodea para recobrar nuestro sentido de libertad, nuestro potencial y a su vez,
recordar cuáles son nuestros propósitos. Lao Tse solía decir que, “en realidad, no hay mayor distancia que la
que nosotros mismos establecemos entre nuestra cabeza y nuestro corazón”.
A veces necesitamos poner distancia, pero no para alejarnos
de todos y todo, sino para vernos a nosotros mismos desde otra perspectiva y
darnos un nuevo impulso, para hallar desde el vacío o la distancia esas
fortalezas ocultas que deben ser nuevamente despertadas y reorientadas. Y así
de esta forma generar bienestar psicológico y emocional.
Muchas veces nos preguntamos ¿cómo se hace eso de
distanciarse del propio ser, si vayamos donde vayamos nuestros pensamientos, el
peso de toda nuestra existencia sigue ahí, como nuestro equipaje?...
Poner distancia querido amigo..! No significa huir ni poner
kilómetros de por medio ante aquello que nos quita la calma. Poner distancia
significa tener una conversación con nuestro corazón y aprender a escuchar lo
que nos pide.
Lo que sucede es que al contrario de esto lo que hacemos
con frecuencia es dar continuidad a
situaciones que, lejos de enriquecernos personalmente, nos arrebatan la
oportunidad de ser felices. Como por ejemplo un trabajo, una relación, un
entorno familiar, contextos donde a menudo quedamos encallados, apegados a
dinámicas negativas que son los caminos que nos han llevado a poner tanta
distancia entre nosotros mismos y nuestras auténticas necesidades sin alcanzar
a percibir que aquello que necesitamos con urgencia no es un viaje o una
escapada puntual. Sino reencontrarnos con nosotros mismos para encontrar una
mayor claridad interior.
La clave para facilitar ese reencuentro esta en tomar
contacto con nuestras emociones para hallar el impulso suficiente y generar un cambio.
Como Zencoach te sugiero los siguientes pasos para que puedas empezar a conseguirlo
1. Establecer una posición de observación sobre uno mismo
de un modo amoroso, cálido y humilde.
2. Reflexionar sobre en qué punto de nuestra vida nos
encontramos y qué queremos hacer con ella.
3. Valorar si lo que vemos nos agrada, preguntarnos si
dentro de un año nos gustaría vernos de igual modo.
4. Reflexionar sobre nuestras creencias y juicios
5. Revisa el estilo de nuestros pensamientos, colocando un
detector de negatividad para ver si el enfoque que aplicamos a nuestra realidad
se caracteriza por el malestar, por la desesperanza, por el mal humor o la
apatía.
Si lo que vemos desde esa posición de distancia no nos
agrada, si solo advertimos la infelicidad, será momento de pensar en ciertos
cambios. Pero...esos cambios deberán
estar orquestados por nuestros propósitos, ya que debemos ser capaces de hallar
un significado a nuestra existencia y reconducirla hacia ese objetivo.
Por lo tanto no dudemos en poner distancia de vez en cuando
de todo aquello que nos rodea para alcanzar nuevas perspectivas y para recordar
quiénes somos y qué nos motiva.
#DANAMILANOZANCOACH
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