EL PERDON
¿Y qué es el perdón?… es la medicina que sana el dolor
del alma, es el sentimiento que devuelve la esperanza, es el milagro que
renueva o restaura, es la magia que nos permite recordar sin sufrir, y muchas
veces olvidar aquello que tanto nos hizo llorar, nos robó la fe, en el amor, en
la amistad, en Dios, en uno mismo o en los demás…
Por ello debemos aprender a Perdonar; quizás no porque hayamos
hecho algo mal… sino por aquello que nos hemos de culpar:
enfermedades, accidentes, consecuencias de los errores de la humanidad,
infertilidades, hijos con características no esperadas, abundancias o
carencias, inconformidades propias que nos impiden encontrar la paz.
Para poder renovar nuestro interior, es preciso
liberarnos de toda culpa aprender a descubrir y experimentar
el AMOR y encontrar en él la sanación interior…
Hay casos en los que nos cuesta reconocer, que es a
nosotros mismos a los que debemos perdonar; porque nos culpamos de muchas de
las cosas que pasan a nuestro alrededor, juzgamos muy severamente nuestros
errores, nos atormentamos por lo que dejamos de hacer o hicimos mal; divorcios,
muertes, separaciones, palabras dichas y otras que no se dijeron, flores
marchitas, historias de amor y amistad que no lograron terminar de escribirse o
que tuvieron un triste final… y nos quedamos estancados en el pasado sin poder
avanzar; negándonos la oportunidad de empezar de nuevo
Perdonarnos, es ser capaces de aceptar e indultar nuestra
propia humanidad; pasar la hoja, atrevernos a escribir un nuevo capítulo de
nuestra historia personal.
Para encontrar la paz del alma, hace falta perdonar
también a los demás; la palabra que dolió, la traición que golpeó, la acción
que la vida destrozó, el abandono que dejó vacíos internos, la omisión, la
indiferencia, los acosos, el cansancio, la fragilidad humana del otro que tanto
hirió, que robó la fe, la esperanza de creer en el AMOR, en la amistad, aún en
el mismo perdón…
Perdonar al otro es liberarnos de sentimientos que causan
mucho más dolor; porque nos encasillan en hechos que ya pasaron, en tormentas
que cesaron, en diluvios y terremotos que aunque arrasaron con lo mejor de
nosotros mismos, no todo se lo han robado; porque mientras nuestro corazón siga
latiendo, tenemos la oportunidad de seguir viviendo, restaurando lo que está
destruido, renovar el corazón herido, devolviendo la fe y la paz que se había
perdido…
Gracias por permitirme entrar en tu vida.
DANA
MILANO.
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