domingo, 13 de julio de 2014

DEJAR LA AGRESIVIDAD

DEJAR LA AGRESIVIDAD

Somos nosotros los que estamos sufriendo mientras odiamos,  aunque nos cueste darnos cuenta , desafortunadamente pensamos que castigamos con nuestro odio a quien odiamos, pero  solo nos castigamos a nosotros mismos y lo que hacemos mientras mantenemos el odio es cederle el poder sobre nuestro bienestar precisamente a la persona que menos desearíamos que lo tuviese.
 Sin embargo el odio y la agresividad juegan  un papel fundamental en nuestra supervivencia, y cuando elegimos conscientemente dejar de odiar, puede que surge el miedo a quedar indefensos, pero una vez que nos acostumbramos a funcionar de otra manera  liberamos nuestro dolor y  nuestras emociones se aclaran, comprendemos lo infantil y ridículo que es ver a un adulto mal humorado  como un niño pequeño.
Tememos que al perder nuestra agresividad perdemos nuestra consciencia del peligro, pero en realidad es justamente lo contrario. .
La conocida frase cristiana de "PONER LA OTRA MEJILLA" ha provocado mucha confusión al interpretarla en el sentido físico cuando su verdadero sentido es aplicada al plano emocional: por mucho que me provoques yo elijo mantener mi bienestar interior, lo que no tiene nada que ver con que si tu me atacas físicamente yo me puedo defender porque tengo el mismo derecho que tu a vivir y a mantener mi integridad y mi bienestar físico.

Para aquellos que piensen que dejar de ser agresivos es caer  en un exceso de bondad, la imagen más clara de esto es la actitud del maestro de artes marciales, que cuanto más serenidad interior tiene, más paz interior, amor hacia sí mismo y hacia su contrincante, más eficiente es en el combate exterior
Dejar de ser agresivos no equivale a ser débiles!!
DANA MILANO

No hay comentarios:

Publicar un comentario