martes, 13 de noviembre de 2012

EL SILENCIO ES EL PUENTE DE COMINUCACION


El silencio es el puente de comunicación con  lo divino del ser humano; en el silencio encontramos lo que es más preciado.

El silencio espiritual es el estado que prepara el corazón y la mente para comunicarnos con nuestra divinidad . No se trata de una comunicación basada en palabras repetitivas ni en teorías intelectuales, como así tampoco pedir la satisfacción de deseos limitados. La comunicación Sagrada es la armonía del ser.

El silencio se requiere para liberar al ser de la negatividad.
El acto de silencio es tan necesario para la vida como el respirar lo es para la vida física. La fortaleza para vivir necesita encontrar un punto de quietud desde donde comienzo y a donde regreso cada día: un oasis de paz interior.
 El silencio lleva  nuestra  energía mental y emocional a un punto de concentración donde encontramos  la quietud.
El silencio sana. El silencio es como un espejo. Todo está claro. El espejo no culpa ni critica, pero me ayuda a ver las cosas como son, dándome un diagnóstico que me libera de cualquier tipo de pensamientos erróneos.
El silencio revive la paz original del ser, una paz que le es innata, divina y cuando se invoca fluye por el ser armonizando y sanando cada desequilibrio. El silencio es completo y pleno, amable, poderoso y rotundamente activo.

COMO CONSEGUIR EL SILENCIO?
Para crear silencio
-      Primero, doy un paso hacia el interior y conecto con , el alma….Ese lugar en que la tranquilidad está intacta, y  el proceso de renovación y reestructuración comienza. Allí, se teje un nuevo patrón de energía pura.

-      Segundo en este espacio de introspección reflexiono. Recuerdo lo que he olvidado por un largo tiempo. Me concentro lenta y suavemente y mientras lo hago, las huellas originales espirituales de amor, verdad y paz emergen y se experimentan como realidades personales y eternas. En este espacio, el Silencio me enseña cómo escuchar, cómo desarrollar una apertura hacia Dios…. Entonces comienzo una conversación genuina.

-      Tercero, escucho recibo, mientras recibo siento e irradio, y gradualmente llego a la concentración. Concentrarse es estar completamente absorto en un único pensamiento. Donde hay amor. El pensamiento en el cual uno está absorto se convierte en su mundo….Este  no  es como un proceso intelectual, sino como un estado de ser: despierto.

-      Cuarto, este despertar me permite responder y recibir lo que normalmente no habría notado en un nivel natural…Este es el poder del silencio, a menudo llamado “meditación”. El sonido no permite este encuentro con Dios… El sonido sólo puede alabar y glorificar; a través de la canción o del canto solemne, pero no puede crearla. Sólo el silencio crea la experiencia práctica de la unión.

-      Quinto, el silencio concentrado es el foco sin palabras de la atención pura en tu alma. El Amor por Él hace que este foco sea fácil, firme y pleno. Esta cercanía del ser con el Supremo, inevitablemente inspira el deseo de cambio en uno; inspiración para mejorar el ser, para hacerlo digno de satisfacer su potencial original y cuando es posible, compartir los frutos de la realización de este potencial con los demás. Pero este compartir no se alcanza mediante las palabras, sino más bien por la integridad y coherencia del ejemplo personal.

-      Sexto, en silencio, encuentro  la orientación más profunda de la conciencia  que es el deseo de alcanzar la perfección personal. Y la reflexión personal lo hace posible. Es la fe dada por Dios como un regalo al alma. La posibilidad de perfección se acepta porque el alma sabe que no está sola en sus esfuerzos, que tiene el soporte constante del Amor Divino para alcanzar su meta.

DANA MILANO

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