El silencio es el puente
de comunicación con lo divino del ser
humano; en el silencio encontramos lo que es más preciado.
El silencio espiritual
es el estado que prepara el corazón y la mente para comunicarnos con nuestra
divinidad . No se trata de una comunicación basada en palabras repetitivas ni
en teorías intelectuales, como así tampoco pedir la satisfacción de deseos
limitados. La comunicación Sagrada es la armonía del ser.
El silencio se requiere
para liberar al ser de la negatividad.
El acto de silencio es
tan necesario para la vida como el respirar lo es para la vida física. La
fortaleza para vivir necesita encontrar un punto de quietud desde donde
comienzo y a donde regreso cada día: un oasis de paz interior.
El silencio lleva nuestra energía mental y emocional a un punto de
concentración donde encontramos la
quietud.
El silencio sana. El
silencio es como un espejo. Todo está claro. El espejo no culpa ni critica,
pero me ayuda a ver las cosas como son, dándome un diagnóstico que me libera de
cualquier tipo de pensamientos erróneos.
El silencio revive la
paz original del ser, una paz que le es innata, divina y cuando se invoca fluye
por el ser armonizando y sanando cada desequilibrio. El silencio es completo y
pleno, amable, poderoso y rotundamente activo.
COMO CONSEGUIR EL
SILENCIO?
Para crear silencio
- Primero, doy un paso hacia el interior y conecto con , el
alma….Ese lugar en que la tranquilidad está intacta, y el proceso de renovación y reestructuración
comienza. Allí, se teje un nuevo patrón de energía pura.
- Segundo en este espacio de introspección reflexiono.
Recuerdo lo que he olvidado por un largo tiempo. Me concentro lenta y
suavemente y mientras lo hago, las huellas originales espirituales de amor,
verdad y paz emergen y se experimentan como realidades personales y eternas. En
este espacio, el Silencio me enseña cómo escuchar, cómo desarrollar una
apertura hacia Dios…. Entonces comienzo una conversación genuina.
- Tercero, escucho recibo, mientras recibo siento e
irradio, y gradualmente llego a la concentración. Concentrarse es estar
completamente absorto en un único pensamiento. Donde hay amor. El pensamiento
en el cual uno está absorto se convierte en su mundo….Este no es como
un proceso intelectual, sino como un estado de ser: despierto.
- Cuarto, este despertar me permite responder y recibir lo
que normalmente no habría notado en un nivel natural…Este es el poder del
silencio, a menudo llamado “meditación”. El sonido no permite este encuentro
con Dios… El sonido sólo puede alabar y glorificar; a través de la canción o
del canto solemne, pero no puede crearla. Sólo el silencio crea la experiencia
práctica de la unión.
- Quinto, el silencio concentrado es el foco sin palabras de
la atención pura en tu alma. El Amor por Él hace que este foco sea fácil, firme
y pleno. Esta cercanía del ser con el Supremo, inevitablemente inspira el deseo
de cambio en uno; inspiración para mejorar el ser, para hacerlo digno de
satisfacer su potencial original y cuando es posible, compartir los frutos de
la realización de este potencial con los demás. Pero este compartir no se
alcanza mediante las palabras, sino más bien por la integridad y coherencia del
ejemplo personal.
- Sexto, en silencio, encuentro la orientación más profunda de la conciencia que es el deseo de alcanzar la perfección
personal. Y la reflexión personal lo hace posible. Es la fe dada por Dios como
un regalo al alma. La posibilidad de perfección se acepta porque el alma sabe
que no está sola en sus esfuerzos, que tiene el soporte constante del Amor
Divino para alcanzar su meta.
DANA MILANO
No hay comentarios:
Publicar un comentario